En la Administración de Loterías Virgen del Carmen de Benifaió, creemos en el AZAR, creemos en la SUERTE.
Las palabras no nacen con un significado estanco, sino que le vamos dando forma con el uso.
Diferentes civilizaciones y culturas aportan y restan matices y significados a las palabras que heredan unas de otras, hasta que se configura el resultado final que llega hasta nosotros, y que no será más que un eslabón en el resultado del mañana.
Es el caso de la palabra «azar». «Azar» viene del árabe y significa «flor».
Tiene la misma raíz etimológica (el mismo origen) que «azahar», la flor del naranjo.
¿Por qué le hemos puesto a la suerte un nombre de flor?
La explicación es muy sencilla: en las costas mediterráneas, para distinguir los lados de las tabas (esa especie de «dados» que se usaban en la antigüedad), se tallaba una pequeña flor en uno de los lados.
Este lado era el que traía la suerte.
Los árabes vieron esto, y empezaron a referirse a estos pequeños objetos poliédricos por el nombre de los dibujos que había en ellos: «az-zahr» (Flor).